Vivimos en un época inestable e imprevisible. La paz que desde hace décadas parecía asegurada en Europa ha sido puesta a prueba este 2022 con el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, y esto ha urgido la necesidad de modificar la estrategia de seguridad y defensa.

Este fue el tema central durante la VI Cumbre de la OTAN. De ésta surgió un nuevo concepto estratégico adaptado a las necesidades actuales, que sustituye al de Lisboa de 2010 y redefine los parámetros a seguir durante la próxima década.

Este documento se centra en 3 pilares: disuasión y defensa; prevención y gestión de crisis; y seguridad cooperativa. ¿En qué consiste?

Rusia es la amenaza más directa y urgente

La nueva hoja de ruta señala a Rusia como la principal amenaza para la seguridad, la estabilidad y la paz en la zona euroatlántica. Sus acciones advierten un problema para la democracia actual, ya que como redacta el nuevo concepto estratégico, evidencian “un esfuerzo deliberado por socavar las normas e instituciones multilaterales”.

China: el desafío sistémico

Esta es la primera vez que la Alianza habla sobre el reto que representa China. El documento señala a la potencia asiática por “utilizar su influencia económica, política y militar para crear dependencias estratégicas y aumentar su presencia y poder global”. Es así que, como consecuencia de los intentos de China por influenciar el orden internacional y sumar su relación con la Federación Rusa, la OTAN lo considera un “desafío sistémico”.

Sin embargo, la Alianza reafirmó su intención de fomentar la cooperación y pidió al país asiático ampliar la transparencia de sus actividades para garantizar el orden mundial.

La inestabilidad en África y Oriente Medio

La frontera sur se ha caracterizado por el conflicto y supone grandes retos geopolíticos, de seguridad y económicos. Por ello, la Alianza se refiere a esta zona como “un terreno fértil para la proliferación de grupos armados no estatales que permite la injerencia desestabilizadora y coercitiva de competidores estratégicos pudiendo desembocar en situaciones de violencia”.

Evitar la propagación de grupos extremistas es otra de las grandes prioridades para la defensa colectiva. En las últimas décadas la OTAN se ha preparado para misiones humanitarias que ayuden a prevenir crímenes transnacionales y gestionen de manera correcta las crisis.

Las puertas se mantienen abiertas

La OTAN ha expresado desde el inicio del conflicto que su postura está enfocada en disuadir y defender. A pesar de no aceptar la adhesión de Ucrania, durante la Cumbre ha reforzado su compromiso de trabajar por intereses comunes con Kiev.