La psicología se ha convertido en un recurso de incalculable valor en las operaciones militares en todo el mundo. España, como miembro activo de la Unión Europea y con una sólida tradición en defensa, incorpora desde hace años y de manera activa los conocimientos psicológicos en su operativa y estrategia militar.

En ese sentido, no se trata de un tema nuevo para nuestras Fuerzas Armadas, que han incorporado históricamente la psicología militar en diversas áreas de su operativa con el objetivo de mejorar el desempeño y bienestar de los soldados. Ya en 1964, la Comisión Central de Psicología del Estado Mayor Conjunto (EMC) comenzó a clasificar el contingente de reemplazo y unidades como la Escuela de Automovilismo del Ejército y la Academia de Sanidad Militar establecieron gabinetes de psicología para selección.

En las Fuerzas Armadas españolas la formación básica en psicología militar es un pilar fundamental para garantizar el bienestar y el rendimiento efectivo de su personal en diversas situaciones, incluyendo la atención a la tropa. Los psicólogos militares desempeñan un papel crucial al proporcionar apoyo emocional y estratégico para gestionar el estrés, fomentar la cohesión grupal y mejorar la toma de decisiones en circunstancias de alta presión. Además, los líderes militares son formados en conceptos de psicología militar, lo que les permite comprender mejor a sus subordinados y tomar decisiones acertadas en operaciones donde las consecuencias de las elecciones pueden ser de vida o muerte. Ejemplo de ello es la formación en la gestión del estrés y la fatiga, así como el uso de técnicas de simulación para entrenar a las tropas en escenarios realistas y mejorar sus habilidades de toma de decisiones en situaciones críticas, donde la psicología militar se emplea tanto en la gestión de crisis como luego, en el manejo del estrés postraumático.

Además de lo relativo a procesos de selección y formaciones en liderazgo, la psicología también se ha integrado en procesos destinados a la mejora del rendimiento y la satisfacción laboral del personal militar a través de pruebas de personalidad y de conocimientos. También se ha utilizado en el ámbito hospitalario y asistencial para abordar las necesidades emocionales y mentales de los militares. A su vez, la psicología educativa ha contribuido a desarrollar métodos de enseñanza y formación, mientras que la psicología social se ha centrado en comprender las dinámicas de grupos militares.

La formación en psicología militar en las Fuerzas Armadas españolas abarca un amplio espectro de áreas y disciplinas con el objetivo de equipar a su personal con las habilidades necesarias para abordar una variedad de desafíos en el ámbito militar. Esta formación psicológica básica se extiende no solo a profesionales de la salud y la docencia sino también a áreas operativas y de intervención, incluyendo campos especializados como la psicología clínica para brindar apoyo emocional y terapéutico cuando sea necesario. También se imparte formación en psicología educativa enfocada en estrategias pedagógicas y orientación para la capacitación y formación de militares.

Por último, la psicología del trabajo y las organizaciones se utiliza para mejorar la eficiencia, el liderazgo y el rendimiento en el entorno militar, contribuyendo a formar una fuerza más efectiva y cohesionada.

En conjunto, estas funciones y disciplinas son esenciales para garantizar la salud mental y el éxito de las Fuerzas Armadas españolas en una variedad de situaciones desafiantes.

De este modo, la psicología militar ha demostrado ser una aliada estratégica en las operaciones de defensa, proporcionando herramientas y enfoques que mejoran la toma de decisiones, la gestión organizacional y, en definitiva, el rendimiento de nuestras Fuerzas Armadas. El compromiso continuo de España y de la Unión Europea con la investigación y la aplicación de la psicología militar seguirá siendo fundamental en un mundo cada vez más complejo y desafiante.