Seguridad climática: cómo se implican las FFAA en la lucha contra el cambio climático

El cambio climático es un fenómeno global con consecuencias negativas para el conjunto del planeta. Sus repercusiones afectan de norte a sur, y de este a oeste, por lo que podemos considerarlo como uno de los mayores desafíos al que nos enfrentamos en la actualidad. El ascenso de las temperaturas medias, la subida del nivel del mar, el deshielo en el Ártico o el aumento de fenómenos meteorológicos extremos son algunos de los signos que evidencian esta cuestión y que se han visto incrementados en los últimos años.

En ese sentido, la sociedad civil ha ido adquiriendo una mayor conciencia de las responsabilidades y obligaciones que tiene para con su hábitat; mientras que la clase política ha situado en el centro de su agenda esta problemática y desarrolla continuamente acciones encaminadas a frenar el deterioro ambiental. Pero, además, existe un tercer actor que juega un papel fundamental en este escenario: los cuerpos de Seguridad y Defensa.

FFAA como garantía de la seguridad climática

La preocupación por el cuidado del medio ambiente y el respeto al entorno está en el seno de las FFAA españolas que, conscientes de que el cambio climático provocará trastornos en los sistemas económicos, sociales y ambientales y, por tanto, socavarán la seguridad del país, centran sus esfuerzos y recursos en mitigar sus efectos. Por ello, desde hace décadas el Ministerio de Defensa incluye iniciativas para garantizar la seguridad climática. Este concepto hace referencia al marco político y normativo que analiza el impacto que tiene el cambio climático en la seguridad; esto es:

  • Amenazas directas contra la seguridad de un país. Por ejemplo, el aumento del nivel del mar, que afecta a las bases militares; o el calor extremo, que impide las operaciones militares. Todo ello socava a seguridad nacional.
  • Amenazas indirectas contra la seguridad de un país. Son las distintas formas en las que el cambio climático puede agravar tensiones, conflictos o violencia existentes y afectar a otros países. Como ejemplo, cabe destacar que el deshielo del Ártico deja al descubierto recursos minerales acrecentando, así, disputas entre países por el control de los mismos.

Una de esas iniciativas es el Programa de Lucha contra el Cambio Climático, en el que las Fuerzas Armadas asumen un papel de vital relevancia. Más de 1.090 activos de transporte -incluyen marítimo, terrestre, aéreo, etc.-, cerca de 11.800 edificios y más de 139.000 agentes militares y 18.500 de personal civil están comprometidos con esta política ambiental que se asienta en las siguientes bases:

  • Compromiso con la eficiencia en el uso de los recursos, en especial en lo relativo al consumo energético.
  • Minimizar y remediar los efectos negativos medioambientales derivados de su actividad, al mismo tiempo que desarrollar su actividad buscando generar efectos positivos en ahorro y eficiencia energética, construcción sostenible, eco-eficiencia, conservación, protección y, cuando sea posible, en la recuperación de las condiciones ambientales.

Todo ello se ejecuta por medio de la concienciación, la formación, la divulgación y la cooperación, pero también a través del ahorro y la eficiencia energética, la protección del medio natural y el entorno y la prevención de la contaminación y la mejora de la calidad ambiental.

El compromiso de las FFAA en la lucha contra el cambio climático es total. El sector de la Defensa y la Seguridad forma parte de los activos destinados a proteger nuestro medioambiente; objetivo que, por otro lado, no podría lograrse sin la colaboración del resto de las partes implicadas: actores sociales, administraciones, clase política, sector privado y empresas, organizaciones e instituciones y sociedad civil.